El segundo embarazo
El primer embarazo provoca en la mujer inquietudes y dudas relativas a los riesgos que implica la gestación, los cuidados que debe seguir en la alimentación, los hábitos saludables que debe observar, conductas a evitar y , sobre todo, le preocupa todo lo relativo al nacimiento de su bebé.
Las mujeres con embarazos y partos anteriores conocen a fondo los cambios fisiológicos que van a experimentar, pero se preocupan más por los posibles problemas que se pueden plantear a lo largo de la segunda gestación. Conoce perfectamente todas las situaciones que para ella fueron nuevas en la anterior gestación, lo que le inspira mayor tranquilidad y confianza. Es plenamente consciente de los síntomas que va a sufrir y conoce muchos de los remedios que puede aplicar para paliar sus efectos.
Teniendo en cuenta el aumento de peso durante el embarazo anterior, puede seguir unas pautas correctas de alimentación para lograr una nutrición correcta sin excesos perjudiciales para ella y su bebé.
Los antecedentes del embarazo y parto anteriores son fundamentales para la matrona y el ginecólogo a la hora de determinar las pautas a seguir en el nuevo embarazo.
¿Qué cambia en el segundo embarazo?
Muchas madres notan que su gestación se hace más evidente pasadas las doce primeras semanas, mientras que en el embarazo anterior la gestación se hizo visible alrededor del cuarto mes.
Ello se debe a que los músculos abdominales están más distendidos después de un primer embarazo y por ello, se adaptan más fácilmente al desarrollo del bebé. El vientre adopta su forma más rápidamente que en la primera gestación.
No obstante, aunque el vientre puede crecer antes en el segundo embarazo, ello no significa que la mujer engorde más en esta gestación que en la anterior. De hecho, una investigación llevada a cabo en la Universidad de Cornell en EEUU, concluye que las primíparas pueden superar en 2,4kg. el peso de las multíparas.
Sin embargo, el menor peso de la mujer en este segundo embarazo no significa que el bebé tenga un peso inferior al nacer. Al contrario, es frecuente que el segundo hijo tenga al nacer un peso superior al primogénito.
Las mujeres que se encuentran en su segundo embarazo suelen sentirse más cansadas y fatigadas que en el primero. Según recientes investigaciones científicas, de cada cuatro mujeres primíparas , tres declaran sentirse muy bien, mientras que sólo el 40% de las mujeres con embarazo anterior opina lo mismo.
Ello no siempre se debe al embarazo en sí, pues el hijo primogénito necesita unos cuidados y atenciones a los que no tenía que hacer frente la madre en el embarazo anterior; y la madre dispone además, de menos tiempo para el descanso y la relajación.
Los movimientos del feto se identifican con más facilidad, pues la mujer los reconoce del embarazo anterior. También es frecuente que aparezcan contracciones durante el embarazo y las semanas anteriores al parto.
La madre dilata mejor y más rápido, tienen menos complicaciones por lo que necesitan tomar menos analgésicos y el parto evoluciona más rápidamente, haciéndose una media de 5 horas más corto.
El puerperio se desarrolla mejor por la experiencia anterior. Al preceder una lactancia, el proceso de adaptación a la misma es más fácil.
En cuanto a la depresión post-parto, la experiencia de un parto anterior es fundamental .
Quienes ya han sido madres sufren con menos intensidad los efectos del post-parto; padecen menos estrés y sienten menos preocupación y angustia por su capacidad para desenvolverse con el bebé y atender a sus cuidados, lo cual ya vimos en un blog anterior que es causa de depresión post-parto.
Las madres tienen en este segundo embarazo un punto en contra: el tiempo que le dedicaban en exclusiva al primer bebé, ahora tienen necesariamente que compartirlo para atender a ambos hijos.
¿Has tenido un embarazo anterior?
¿Han sido diferentes tus embarazos?
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