El bebé y las infecciones por hongos
Los bebés y los niños pequeños son más propensos a padecer ciertos tipos de infecciones durante los meses de verano, especialmente los hongos debido a que andan o se duchan en la piscina o en la playa descalzos. No nos damos cuenta de dejarles puestas las chanclas y por tanto, existe más riesgo de infección. Si no sabes cómo actuar en caso de que tu bebé padezca hongos u otras infecciones, en Pequesybebés te vamos a dar algunos consejos para evitar que se contagien.
En primer lugar, te vamos a explicar que son los hongos para que sepas a que te enfrentas. Se trata de unos parásitos que viven en zonas húmedas y cálidas y que pueden ocasionar infecciones en la piel y en las mucosas de los bebés. Hay diferentes tipos de hongos. La más frecuente y conocida es la candidiasis que es causada por el hongo llamado “Candida albicans”. Normalmente, aparece en la boca así como en los genitales del bebé. A la hora de ducharle o vestirle, presta atención a estas partes del cuerpo para descartar que tenga hongos. En caso que los tenga, llévale al pediatra. Este tipo de infección suele manifestarse en menores de 6 meses aunque la infección en los genitales pueda darse hasta en niños de 2 años que aun usan pañal. Otras infecciones muy comunes causadas por los hongos son: la tiña que afecta a los pies o a la cabeza así como el pie de atleta.
En el caso de la candidiasis, afecta a la boca y pueda darse debido a una mala higiene de tetinas, chupetes o biberones. Del mismo modo, se puede dar en recién nacidos debido a que se contagia de madre a hijo en el parto. Los síntomas son manchas blancas sobreelevadas en la boca con bordes irregulares. Pueden parecer restos de leche cuajada, pero no se desprenden. Otro aspecto es que nuestro bebé tendrá la mucosa de la boca más roja de lo habitual. La candidiasis afecta a la cara interna de las mejillas, a los labios y a sus comisuras. Si la infección se extiende, puede afectar al paladar y a la garganta. Desde pequesybebés te recomendamos extremar la higiene, es decir, lávate las manos antes y después de aplicarle el fármaco y en caso de darle el pecho, lava y seca los pezones antes y después de cada toma. Evita que tenga mucho tiempo el chupete ya que irrita la mucosa bucal.
Por otro lado, la candidiasis en los genitales suele causar dolor, escozor y malestar general. Los síntomas suelen ser manchas de color rojo brillante, delimitadas, elevadas y descamativas en los pliegues de la ingle que pueden extenderse a los genitales. Para evitar que nuestros bebés tengan está infección, deberemos mantener su culete siempre seco. Esto significa que deberemos cambiarle el pañal con más frecuencia. Del mismo modo, cuando les bañemos en la piscina o en la playa, deberemos cambiarle el bañador por uno seco para quitarle la humedad. Recuerda secarle con una toalla antes de ponerle un bañador seco.
En cuanto a la tiña, es muy frecuente que los niños se contagien en las piscinas o en las playas. Normalmente, este hongo habita en las superficies húmedas de los lugares públicos pudiendo afectar a los pies del bebé o niño pequeño. Tanto la humedad como el uso de un calzado poco transpirable pueden aumentar el riesgo de aparición. La tiña se inicia en la planta y poco a poco se va extendiendo a todo el pie. El niño sentirá picor y al rascarse continuamente provocará grietas y a su vez, provocará dolor y quemazón. Evita que se infecte utilizando un calzado transpirable en lugares públicos y secándole el pie para eliminar la humedad. La tiña también se puede dar en la cabeza aunque es menos frecuente ya que la suelen contagiar animales como las ovejas o las vacas. Los síntomas suelen ser manchas enrojecidas y descamadas con costa o manchas rojas inflamadas y endurecidas. En caso de que tu bebé se infecte, deberás lavarte las manos cada vez que toques la zona así como utilizar un champú especial. Del mismo modo, deberás cambiar la ropa de cama y lavarla con agua caliente.
Por último, el pie de atleta es muy común y solo afecta al espacio entre los dedos. Los pies están calientes y enrojecidos mientras que la zona de los dedos estará descamada, picará y segregará líquido. Evita que tu pequeño camine descalzo por las alfombras o moquetas así como por la piscina o la playa. Del mismo modo, cámbiale los calcetines a diario y sécale bien los pies tras la ducha o tras sacarle de la piscina o de la playa, especialmente entre los dedos. Por tanto, es fundamental que tu hijo siempre vaya calzado en las zonas comunes, aunque en casa pueda ir descalzo. Y en caso de tener pie de atleta, evita que se rasque ya que la infección puede llegar hasta las manos.
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